Ver en Mapa la situación de los lugares visitados en esta jornada.
El segundo día lo dedicamos única y exclusivamente a LISBOA.
Una ciudad, "Sobre siete colinas, que son otros tantos puntos de observación desde donde se pueden disfrutar magníficos panoramas, se extiende la vasta, irregular y multicolor aglomeración de casas que constituye Lisboa" decía el escritor Fernando Pessoa.
Para empezar,subimos al Castillo de San Jorge ,uno de los puntos más elevados de Lisboa,desde donde pudimos contemplar las vistas más espectaculares de la ciudad.Llegar hasta él significa superar una pendiente importante y si se va en coche no se puede dejar aparcado en las inmediaciones,exceptuando a residentes y vehículos de las agencias de viajes.
Dimos una vuelta por la zona de la muralla exterior y,tras superar el puente sobre el típico foso que da acceso al castillo propiamente dicho, nos encontramos con un músico tocando melodías de aire medieval que nos envolvía en un ambiente más "auténtico".Ya en el interior es interesante subir a lo más alto y tener una perspectiva de su entorno.
Después bajamos a la Sé de Lisboa (Catedral)
Es la iglesia más antigua de Lisboa, mezcla de distintos estilos arquitectónicos. Ha tenido que ser reconstruída ya que el terremoto que asoló la ciudad en 1755 destruyó la capilla gótica y el panteón real.
Las excavaciones bajo el claustro, han sacado a la luz restos romanos, árabes y medievales.
(La foto de la fachada, la hemos sacado de internet, ya que el tráfico entorno a ella no nos dejó hacer una buena toma.)
Tanto el Castillo de San Jorge como la Sé o Catedral, están en el barrio de Alfama, con calles estrechas y empinadas que,según cuentan, es la cuna del fado.
A continuación fuimos al barrio de Belém y paramos en el Monasterio de Los Jerónimos
Es grandioso y lleva algún tiempo ver la capilla, el claustro y, en el momento en que lo visitamos, la exposición de arte celta, griego, romano y egipcio.
Llegó la hora de ir a comer y aprovechamos para acercarnos,en el puerto,a un restaurante tipo chiringuito (por cierto,como estaba acristalado ¡¡pasamos un calor!!), donde se come pescado muy fresco y a muy buen precio. Al estar el restaurante en el recinto del puerto, zona de carga y descarga de los barcos, hay que pasar un control, pero si dices que vas a comer te dejan pasar sin problemas. A pesar de tener un aspecto más cercano a una modesta cantina o un bareto, estaba lleno de gente trajeada. Como llegamos un poco tarde, no tuvimos problema para encontrar sitio, pero en hora punta hay que esperar un buen rato.
Una vez que llenamos la panza nos acercamos a los jardines del barrio de Belém para que los niños jugaran un rato.
Luego subimos a la Torre de BELÉM situada a las orillas del río Tajo. En la foto se puede apreciar otra a escala, para que los invidentes al tocarla puedan hacerse una idea de cómo es.
Muy cerca está el Monumento a los descubrimientos, con Enrique "el Navegante" a la cabeza, de lejos no parece tan grande,pero es de un tamaño descomunal y muy bien proporcionado.
Las magníficas vistas desde lo alto(podemos subir en ascensor o por la escalera): el puente 25 de Abril , el puerto...
...La Torre de Belém y el Monasterio de los Jerónimos
Después de las visitas y hacer alguna compra (¡cómo no!), nos fuímos a cenar a un restaurante que está en la Plaza Restauradores, al final de la avenida Liberdade, antes de llegar a la plaza de Rossio. El restaurante se llama O Pinóquio (Pç. Restauradores 79 t: 213465106 ) Se come genial, reservad porque está siempre lleno.
Éste restaurante y Joao do Grao(del que pusimos comentarios en la 1ª parte), están en el barrio La Baixa Pombalina. Es el corazón de la ciudad y donde encontramos mucha vida a cualquier hora. (No disponemos de fotos, ya que siempre íbamos a ésta zona por la noche,cansados y con ganas de reponer fuerzas).
Si buscas información para celíacos: Asociación celíacos PORTUGAL
martes, 4 de marzo de 2008
Lisboa y alrededores (II)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Estupendo relato y magnídicas fotografías como las anteriores.
Además y por lo que comentas de los restaurantes, tendremos que tomar nota para ir a degustar sus platos, máxime viniendo de expertos comensales como vosotros.
Besotes,
Ana y Víctor.
Tuvimos suerte teniendo como "cicerones" a nuestros primos. No anduvimos agobiados buscando dónde comer y, así, los días fueron mucho mejor aprovechados.
Además, teniendo un respiro para los niños, se portaron fenomenal, el recuerdo viene como se suele decir como miel sobre hojuelas.
Nos apuntamos a la degustación de platos.
Abrazos
jucaralva
Publicar un comentario