jueves, 10 de abril de 2008

Campamentos de verano (Xunta de Galicia)

Por estas fechas se acaba la convocatoria de plazas para el campamento de verano de la Xunta de Galicia.
También a finales de marzo nos llegó una nota de la Asociación de celíacos de Galicia (ACEGA) en el mismo sentido. Nos confirmaba los acuerdos a los que se ha llegado con la Xunta para que se proporcionen menús sin gluten a todos los niños celíacos que quieran participar en estas actividades.

Aprovecho para contaros nuestra experiencia del año pasado y, así, dar otra opción a los "peques" celíacos para el verano.

ACEGA se puso en contacto, con tiempo más que suficiente, con el campamento al que iba a ir Javier para recordarles y facilitar, si hubiera dudas, todo lo referente a los menús.

Cuando llegamos al Campamento juvenil "A Devesa", muy cerca de Ribadeo (Lugo) en San Miguel de Reinante, pudimos constatar que estaban perfectamente informados y que se practicaba la política de dar a todos lo mismo: que había lentejas, puchero en el medio de la mesa y a servirse todos del mismo; había espaguetis, la misma receta y a Javier una ración aparte con lo mismo; si tenían ensalada, reparto a todos, en fin, si había pizza a todos su ración y a Javier la suya, aparte, sin gluten.
Diferencias ninguna desde los primeros platos a los postres o, por la tarde, un helado o merienda con pan sin gluten: estaba todo previsto. Nada de poner, como por desgracia se hace en tantos restaurantes, cumpleaños, etc un menú distinto y mucho menos atractivo para el niño.

Durante los días que pasó en el campamento estuvo muy ocupado con las distintas actividades que tenían programadas l@s monitor@s, incluídos los chapuzones en la playa con supervisión de los responsables, por supuesto (no le gustaron nada los baños en las aguas del Cantábrico, demasiado frías para su gusto).

No es una playa cualquiera, se trata de la playa de las catedrales (Praia das Catedrais) hay muchas fotos de este entorno en Internet.


(foto tomada de la página de ciao.es )

La experiencia culminó con un festival folk, dentro de las actividades culturales del verano de Ribadeo, en el que participaron después de haber ensayado durante toda la semana. Pudimos observar que en tan poco tiempo todos habían hecho una piña con muy "buen rollito", labor, sin duda, de los monitores.
La despedida incluyó lágrimas, tanto de parte de los niñ@s como de l@s monitor@s, algo que nos dijo mucho sobre lo que allí había vivido Javier.



Quizá en otros lugares os anime este paso. Podéis preguntar en la comunidad autónoma o en la asociación de celíacos. Parece ser que hay granjas-escuela o campamentos en los que se contempla tener menús sin gluten.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bonito (!)
La infancia es tan importante (!)

Pues si, en Catalunya ya informo la Asociación de campamentos
"Sin Gluten"
Gracias por compartir esta preciosa historia de juventud .
:-)))

Anónimo dijo...

Qué tranquilidad poder dejar a tu hijo en un campamento asi, verdad? y que no se sienta diferente a los demás. No sé si aqui en Aragón hay algun campamento así, de momento no tengo "nenes".
chao Marisa

gemiosal dijo...

Así es como debe ser, y con un poco de voluntad se consigue, al fin y al cabo qué es más gratificante que la sonrisa de un niño. Besotes, Gema

jucaralva dijo...

Agradecemos vuestros comentarios y comprobamos que estáis de acuerdo en que la mejor "política" que se puede llevar es la igualdad en el trato, sea donde sea.

jucaralva

Caminar sin gluten dijo...

Eso es un campamento bien organizado, donde el niño celíaco no se siente desplazado... ¡si señor!.

Por cierto, nuestro hijo ha ido durante varios años al "Campus Badem" en la Almunia de Doña Godina (Zaragoza), y la verdad es que todo fue estupendamente.

Al ver las fotos de la playa de las catedrales, nos ha recordado nuestra estancia en Ribadeo, en 1990, cuando disfrutamos de esta bella playa y de las frías aguas de sus grutas.

Abrazos, besotes y gracias por demostrar que si se quiere se pueder.

Ana y Víctor.

jucaralva dijo...

Gracias caminantes con vosotros da gusto contar los pequeños acontecimientos de nuestras vidas, siempre hay una palabra de apoyo.
Una vez más comprobamos que sois espíritus inquietos.
Abrazos.
juan carlos.