sábado, 12 de abril de 2008

Crucero por el Mediterráneo (I)

Al que más y al que menos, quizá, se le ha pasado por la cabeza hacer un crucero. A nosotros, como no podíamos ser menos, nos atrajo la experiencia y nos metimos de lleno.Nos embarcamos en la experiencia trece personas: ocho adultos y cinco niños.

Lo primero que buscamos fue que se nos garantizara que habría menú sin gluten para nuestro hijo (condición indispensable para contratar el viaje). Nuestra opción fue la línea de cruceros Costa (propiedad de una empresa norteamericana, gestionada por italianos; según pudimos comprobar a lo largo de la travesía, se hablaba de mayor a menor frecuencia, por conversaciones o comentarios oídos, italiano, español, francés, inglés y menos de alemán). A la hora de contratar el viaje hay que insistir en el tema del menú sin gluten, incluso si hace falta ser pesados, no sea que luego nos llevemos sorpresas... y recordárselo pocos días antes de partir. De todas formas nos llevamos una bolsa con pan, galletas y bollería, por si acaso.




El Costa Victoria partía del puerto de Civitavecchia (80km al Noroeste de Roma). En la agencia de viajes nos organizaron la partida en avión hacia Roma con el tiempo suficiente para llegar sin agobios al puerto (no hay que tener miedo a los madrugones). Se nos hizo un poco pesado el traslado aeropuerto-puerto y, tras pasar los controles, pudimos subir a bordo (previa pose para la foto de bienvenida que, luego, te ofrecen a precios escalofriantes).

Ya en el barco los niños pudieron ver lo que es organizarte una habitación con baño en un espacio reducido como es el camarote.Excitados por la experiencia, no paraban de andar de un camarote para otro comparando y queriendo hacer una excursión por todas las dependencias del transatlántico.



Después de descansar un poco fuímos a inscribir a los niños al Mini o Maxi Club, en función de su edad. Ya desde nuestra llegada empieza a haber actos de bienvenida, presentación de distintas opciones de ocio (bailes, concursos, tiendas, casino, salones de belleza...). Lo primero que hace cualquiera es situarse con los planos del barco y saber dónde están los bares y restaurantes o las piscinas ;).



Pudimos comprobar, mediante una tarjeta que nos habían dejado en el camarote, que estábamos en horarios distintos para la cena. Evidentemente, tuvimos que solicitar que nos pusieran a todos juntos, como buenos españoles, en el último turno de comidas.
LLegada la hora de reponer fuerzas fuímos con la incógnita del menú para Javier y , cual no sería nuestra sorpresa, quien le atendió durante toda la travesía fue el maitre (que, al fin y al cabo, es el jefe de cocina responsable de las comidas del restaurante). Se puso a nuestra disposición y podíamos pedir cualquier plato del menú que quisiera que se le prepararía sin ningún problema. El niño se puso hasta las cejas de comer distintos tipos de pasta durante el crucero.Nos enseñaron los envases de las pastas y vimos que eran, efectivamente, sin gluten.Pudo tomar sorbetes(hechos con agua) y tartas de limón,chocolate... Después de la primera cena nos dieron varios productos sin gluten para el caso de que el niño quisiera desayunar en el camarote. El viaje cumplía nuestras espectativas más optimistas "sólo" con este tema.

Zarpamos a las 17.00 hs costeando y siguiendo ruta hacia el sur camino de nuestra primera parada Catania (Sicilia) en las inmediaciones del Etna.Durante el trayecto pasamos junto al Strómboli perteneciente a las Islas Eólidas o Eolias y atravesamos el Estrecho de Mesina. Sin embargo, tras todo un día de viaje en avión y embarque, estábamos en brazos de Morfeo (el acontecimiento era a primeras horas de la mañana).



El Etna visto poco antes de llegar a Catania.


11 comentarios:

Caminar sin gluten dijo...

Estupendo crucero, estupendo viaje y además poder contar de alimentación sin gluten... ¡todo un lujo!.

Gracias por contarnos vuestra experiencia, ya que siempre es bueno saberlo y así ver...¿Cuando zarpamos?

Besotes, abrazos y buen navegar.

Ana y Víctor.

gemiosal dijo...

Me muero de la envidia, besotes. Gema

Tawaki dijo...

Yo prefiero viajar de otra forma, pero claro, yo no voy con niños, así que un crucero supongo que os vino estupendamente.

Estoy deseando conocer, eso sí, las paradas que hicistéis.

Un abrazo.

jucaralva dijo...

Todo un lujo es contar con vuestros comentarios.
Una vez superado el tema alimentación cambia la perspectiva del viaje y se disfruta más si cabe.
A mí lo que me interesó fueron las distintas paradas del crucero, estar en el barco en sí, pues no me "pone", pero hay que pensar en los enanos que sí disfrutaron.

jucaralva

Anónimo dijo...

Tengo una cosita para ti!!!

Anónimo dijo...

Estoy ansiosa esperando la segunda parte del viaje, tengo en mente un crucero para Octubre y me interesa mucho el tema. Que maravilla poder comer bien y sin gluten.cuenta, cuenta
un saludo

jucaralva dijo...

Gracias flor por tu comentario y esperamos no defraudar tus ansias con la siguiente parte.

jucaralva

Anónimo dijo...

Que bien "Maleta", difundir
"El sin Gluten" a traves del "Viajar"
Uf (!) lo mejor, abrireis mentes ...y corazones.

jucaralva dijo...

Gracias Sonia por tu ánimo.
Nadie dijo que las cosas fueran fáciles... al principio, pero esa es la intención de este blog. Intentamos que los celíacos sean tan habituales en todas partes como otros "problemas" mucho más publicitados.

Juan Carlos

Anónimo dijo...

Que alegría haber encontrado este blog, leer sobre el crucero me da una inmensa tranquilidad. Soy argentina y justamente con mi marido hemos contratado un crucero para hacer en enero 2009, tambien por la linea COSTA, solo que será por Uruguay y Brasil. Y como celiaca mi gran preocupacion es LA COMIDA!!!, ya me aseguraron que tienen menu sin gluten pero..... leer esto me ha dado una gran tranquilidad aunque no debo de dejar de insistir hasta ultimo momento para que no haya sorpresas..
Gracias y una alegria haberlos leido.
Viviana

jucaralva dijo...

Como tú bien dices, Viviana, hay que insistir en el tema de la comida. Una vez en el barco te recomendaría que se lo recordaras al maitre.
Nos fue tan bién que este año pensamos repetir en el mismo mar, pero con distinto itinerario.

Suerte y feliz travesía.

Juan Carlos