jueves, 29 de mayo de 2008

Ribeira Sacra II

Saliendo de San Estevo podemos continuar ruta dirección Parada de Sil hasta llegar a Lourido donde tomando el camino descendente hacia nuestro río protagonista, para ello los que padezcan de vértigo lo pasarán un poco mal, la carretera nos acerca al embarcadero, muy cercano a la presa (que desde este punto no se ve, pero al iniciar la travesía la vemos a nuestra espalda), que convierte el desfiladero en navegable y desde el que podemos tener el privilegio de otra perspectiva en Catamarán (según la época del año necesitaremos reservar billete).





El paseo sobre el afluente del Miño nos da una idea del trabajo que ha hecho a lo largo de los siglos para poder abrir este terreno y lo mucho que ha podido profundizar.Ya se sabe, la naturaleza es incansable: sin prisa, pero sin pausa.





Después de la experiencia en barco subimos de nuevo a Lourido y continuamos ruta en el mismo sentido (hacia Parada do Sil) nos espera, tras pasar Vilouxe, el Mirador de Cabezoas: es una estructura metálica que se asoma al Cañon del Sil a 500-700m de altura (según versiones). El paisaje es una mezcla de vegetación mediterránea (alcornoques, encinas, madroños) y atlántica (robles, castaños, abedules) con numerosos bancales que, ya desde los romanos, se anclan en las laderas y definen la zona del vino Ribeiro (ayudados desde entonces por el buen hacer de los monjes). Se puede observar el vuelo del águila albela, el halcón peregrino o el mirlo rubio.Todo ello dominado por el Cañón del Sil con una impresionante vista, aquí sobran las palabras.



Seguimos hasta Parada do Sil y justo antes de entrar en el pueblo hay que desviarse a la izquierda vamos camino de Santa Cristina de Ribas de Sil. Continuamos por esa carretera y poco más adelante comienza una serpenteante bajada por las laderas que dan al Sil hasta que no podemos seguir: hemos llegado.
De nuevo nos rodean y acogen los árboles típicos de la zona. Hay una tradición que dice que si te metes en uno de los castaños semihuecos que están junto a la iglesia se te curan las enfermedades que padeces.
El origen de este cenobio se data en el siglo IX, aunque llega a su esplendor en el s.XII cuando se edifica la iglesia y el edificio principal.En ese momento es el segundo más importante de la Ribeira Sacra, después de San Estevo.





Sobre la portada tiene un bonito rosetón y a nuestra izquierda tenemos lo que era la entrada al recinto monacal del que solo quedan dos alas. Se puede subir a la primera planta desde la que, asomándose a un precario balcón, se ve, entre las ramas de los castaños, el río todavía muy abajo y algo del desfiladero del Sil. Si alzamos la vista, desde lo que era el claustro, podemos observar la torre con un peculiar acabado en pirámide.





Volvemos a Parada de Sil y allí tomamos hacia lo que se llama balcones de Madrid Llamado así porque era el sitio elegido por las esposas para despedirse de sus maridos cuando estos se iban por diversos lugares de España a vender sus barquillos, obleas...para aquellas mujeres todo esto se resumía en el irse a Madrid. Dada la dificultad del terreno estos pequeños comerciantes bajaban hasta el río, lo atravesaban en barca y, luego, volvían a superar todo este relieve para echar una última mirada atrás y despedirse desde aquí. También se conoce este sitio como mirador Os Torgás.



Aparcamos junto al circuito de ejercicios y dando un pequeño paseo nos acercamos al mirador. Una vez más nos quedamos sin palabras para describir el paisaje: un cañón espectacular con el Santuario das Cadeiras (s.XVIII con fachada barroca inacabada y una sola nave) en la otra orilla que parece estar a una distancia enorme y, tras ella, las tierras de Lemos. Bajo nosotros un precipicio que quita el hipo y toda una herradura que forma el río allá en el fondo del desfiladero.




6 comentarios:

RA dijo...

Que envidia de lugares. Son preciosos. Tuve la suerte de poder disfrutar de esas tierras en Portomarín, que tenía unas vistas preciosas también.

Que gran combinación de arte románico y paisajes, que quitan la respiración.

Saludos,
Ra

Caminar sin gluten dijo...

Con esta segunda entrega, acompañadas como en la primera de esas magníficas fotografías y un buen relato, hemos caminado jundo a vosotros en y eso rio Sil, así que hemos disfrutado conociendo estos lugares.

Ahora solo nos queda hacer realidad algún día, caminar y embarcarnos por las riberas del Sil.

Por cierto, nos ha gustado mucho también la fotografía de la cabecera del blog.

Abrazos y besotes.

Ana y Víctor.

FLOR dijo...

Que parajes más preciosos, estupendas las fotografias, me cae un poquito lejos, pero...
chao

jucaralva dijo...

Cuando hay paisajes como estos las fotos nunca hacen suficiente justicia, pero espero que den una idea del entorno.

Ra: Si las fotos atraen, la realidad seduce mucho más.Tú mismo te percatarías de ello. La simbiosis románico-paisaje es única.

Caminantes: No hay como ponerse en camino cuando hay ocasión para disfrutar de este entorno privilegiado.
La cabecera, como habréis deducido, es esta misma zona.

Flor: En nuestro caso ha sido un placer volver por estos lugares y enseñárselo a la familia en distintas ocasiones. Merece la pena vagabundear por estos senderos.

Tawaki dijo...

Qué maravilla de fotos, que además son de las difíciles, por las sombras. En Santo Estevo sí estuve, pero me gustaría volver con más calma.

Un abrazo.

jucaralva dijo...

Gracias Tawaki la verdad que la luz del atardecer ayuda a resaltar los colores, como sabes, el mérito es de la naturaleza.
Santo Estevo y alrededores quizás valgan más visitas, cada vez hay una mirada distinta.

Un abrazo.