Teniendo en cuenta la intensa jornada del día anterior decidimos concedernos una más relajada. Hoy visitaríamos la capital, Funchal.
Pero para eso hay que coger fuerzas sin gluten y el comedor del hotel nos ofreció magdalenas, pan tostado, cereales, en fin , toda una gama de productos de Schär, Nesquik (un bote a estrenar) y había opciones para completar el desayuno con el buffet que había para todo el mundo (frutas, queso, bacon, huevos...), exceptuando las salchichas y salamis de los que no nos podían asegurar ausencia de gluten. La nota singular fue que añadieron al lote que nos ofrecieron leche de soja como parte de la dieta sin gluten !?
Una vez preparados y con energía comenzaba la visita. Para ello, utilizamos los autobuses urbanos que nos acercaron al centro.
El nombre de esta ciudad procede de una planta abundante cuando llegaron los primeros colonos a la isla: hinojo, que en portugués es funcho.Está rodeada de verdes montañas que forman, en suave pendiente, un anfiteatro natural en el que se ha ido desarrollando y "trepando", poco a poco, la capital.
Por el lado del mar tenemos un puerto con calado suficiente para que hagan escala los cruceros, que ya tienen parada clásica, porque es muy conocido su espectacular recibimiento de fin de año con un, según cuentan, impresionante castillo de fuegos artificiales, a lo largo y ancho de todo el casco urbano y que se pueden contemplar desde el mismo barco.
Podemos visitar la Sé o Catedral de Funchal, mandada construir por Manuel I de Portugal a finales del siglo XV, con el típico estilo manuelino,el Museo de Arte Sacro de Funchal ubicado en el que era el Palacio Arzobispal(finales del XVI y reconstruído, tras un terremoto, en el s.XVIII), la iglesia de San Juan Evangelista (s.XVII) o el Palacio de San Lorenzo (comprende la Fortaleza-s.XVI- y el palacio de finales del s.XVIII).
La Avenida de la Marina con restaurantes y bares, muy animada tanto de día como de noche, y que da servicio tanto a turistas como a barcos que hacen escala en Madeira en su travesía entre Europa y América, podríamos considerarla el centro de operaciones para acercarnos a cualquiera de los anteriores monumentos (de hecho algunos están en la misma avenida). Otro lugar para conocer es el "Mercado dos Lavradores" todo un colorido mundo de flores, frutas, verduras y pescado.
Habíamos visto en el plano de Funchal que desde la zona del puerto subía un teleférico hasta el barrio llamado Monte y decidimos probar. La mañana se nos iba rápido y había que aprovecharla. El espectáculo que nos brindó, y las experiencias que vinieron después, nos convencieron de que habíamos acertado al elegirlo. La gran diferencia de altitudes nos elevó enseguida por encima de los tejados y los barrancos, que son norma en la isla, subíamos hasta mitad del "anfiteatro".
Según la documentación que habíamos conseguido, en este barrio era todo un clásico que, partiendo desde Nuestra Señora del Monte y bajando por calles de gran pendiente, ejercían (y siguen ejerciendo como atracción turística) su oficio los llamados "Carreiros". Su labor consiste en transportarnos en una especie de "trineo" de mimbre,con su asiento y respaldo tapizados, que tiene dos listones de madera en lugar de esquíes y que ellos dirigen con cuerdas y subidos a una plataforma desde detrás del "trineo". Manejando cuerdas y compensando curvas con sus cuerpos hacia un lado u otro nos deslizamos pendiente abajo con la particularidad de no llevar protección delantera...¡¡muy divertido!!
Después de esta aventura volvimos hacia el teleférico, pero con la intención de coger otro muy cercano que nos bajaba hasta el jardín botánico. Suspendidos en medio del barranco podíamos ver, bajo nuestros pies, como bajaba el riachuelo formando pequeñas cascadas en medio del verdor que nos rodeaba. Una vez en el jardín pudimos contemplar unas bonitas vistas de Funchal.
Se hizo muy tarde y las alarmas del hambre nos mandaron de vuelta al centro de Funchal (haciendo el recorrido inverso). Aunque habíamos parado a tomar unos refrescos y dar buena cuenta de algunos aperitivos sin gluten, que siempre llevamos para estos casos, no tardamos en "caer" sobre un restaurante que había cercano a la base del teleférico. De nuevo recurrimos a las buenas costumbres y comer lo mejor que saben hacer aquí: el pescado grelhado (plancha) acompañado de verduras o con arroz.
Tras un descanso alargado por el cansancio nos dispusimos a coger un autobús que hacía un recorrido por el centro urbano de la ciudad y que nos daría una idea de su pasado histórico.
Fuimos a la parada desde la que se inicia la visita junto al puerto en la zona llamada la Marina y, mediante información grabada que nos proporcionaban con auriculares, pudimos seguir las explicaciones de monumentos e historias de la ciudad. A medida que iba transcurriendo el itinerario fue anocheciendo y, poco a poco, pudimos hacernos una idea, además de las anécdotas del desarrollo de Funchal y con ellos de la isla, de lo que significaban los preparativos para la Navidad (fuimos en diciembre).
Era la hora de regresar al Hotel y disfrutar de un merecido descanso. Los niños se apuntaron a un baño en la pequeña piscina y un ratito en el jacuzzi antes de la cena.
La hicimos en plan picnic en la habitación (el hotel tiene habitaciones con cocina americana). En un supermercado del centro habíamos comprado lo necesario para preparar bocacillos y ensaladas (y nosotros habíamos llevado,como no, pan para casos como este, naturalmente, sin gluten).
viernes, 4 de julio de 2008
Madeira (II)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Viajar con vosotros es todo un placer.
Abrazos.
Como os dice Tawaki: "viajar con vosotros es todo un placer", pero para nosotros aún más cuando hemos tenido la suerte de hacerlo en persona y disfrutar de vuestra compañía, pasando unos momentos inolvidables.
Esta segunda parte del viaje nos ha gustao muchísimo, y hemos disfrutado del relato y de la fotografías, tanto que nos ha entrado el gusanillo de viajara a Madeira.
Os enviamos unos besotes y esperamos con impaciencia que nos conteis vuestro siguiente viaje.
Ana y Víctor.
Gracias a nuestros queridos visitantes.
Tawaki: nos gusta que visites estos lugares con nosotros y encantados de compartirlo.
Caminantes: la suerte la hemos tenido nosotros al compartir y disfrutar vuestra compañía , esperamos que no sea la primera ni la última.
Con vuestro gusto por los paseos por la montaña, aunque un poco más lejos, seguro que os gustaría conocer Madeira.
Publicar un comentario