jueves, 26 de junio de 2008

Madeira (I)

Si miramos hacia el oeste desde la península Ibérica parece que lo único que hay es océano y más océano hasta llegar a las islas Azores. Sin embargo, no es así. Trazando un triángulo imaginario entre estas, Lisboa y las islas Canarias podremos encontrar aproximadamente en el centro sur de esa zona un pequeño conjunto de islas que se conocen por el nombre de la principal: Región Autonómica de Madeira (Portugal).



Son islas descubiertas a raíz de los viajes de exploración y colonización iniciados por los portugueses a finales del siglo XIV y en el XV. Las dos islas principales son Madeira (que les da el nombre) y Porto Santo a la que llegaron en primer lugar(1418).Al año siguiente zarparon hacia la isla mayor donde establecieron capitanía en Machico (al sureste de la isla) y después fundaron Funchal (centro sur), la capital, en 1425.
El archipiélago lo completan,deshabitadas, las Ilhas Desertas e Ilhas Selvagens.La ausencia de agua y tan solo el empeño de algunos matorrales por colonizar estas últimas son el motivo de la ausencia de población en estos pequeños "desiertos".

Hace unos años, la isla principal, era más conocida por los problemas de aterrizaje en su, entonces, complicada pista de aterrizaje (solo para comandantes muy experimentados, dadas sus limitaciones) que por sus muchas virtudes. Ahora es un destino más fácilmente accesible para la aviación por las inversiones de la Comunidad Europea en sus infraestructuras. Este dinero ha permitido una considerable mejora en puertos, carreteras y, naturalmente, el aeropuerto.



En una primera aproximación, a nosotros, la vegetación y la orografía(volcánica) nos recuerda mucho a La Gomera (Canarias) con grandes barrancos y los típicos cactus. En ambos casos tenemos bosque de laurisilva, vestigio del otrora abundante bosque en grandes zonas de Europa, que desde el Terciario (período geológico comprendido entre hace unos 65 millones de años y 1,8 millones de años atrás) y tras las sucesivas glaciaciones del Cuaternario (desde hace 1,8 millones de años hasta hoy) redujeron esta masa verde a unas pocas islas.

A medida que fuimos conociéndola había una clara diferencia: aquí, en las zonas más altas, al no poder desarrollarse el bosque de laurisilva debido a temperaturas ya demasiado bajas, las plantas son escasas estando la vegetación exuberante por debajo, sin embargo, allá se desarrolla en las cimas de la isla (que es menos elevada), generando una importante humedad y formando el típico "sombrero" de nubes. En Madeira, como este tipo de bosque no se desarrolla por encima de unos 1100m de altitud, parece convertirse en un "donut" de nubes alrededor de las cimas.



Hay transición de vegetación a árboles y plantas más resistentes, pero no llegan a colonizar las partes con mayores elevaciones (como ocurre en Canarias). Aquí, como en las llamadas Islas Afortunadas, tenemos plantas endémicas (únicamente se encuentran en Madeira). Se cultivan plátano, chirimoya, papaya y, en general, frutas y cultivos subtropicales. Muy característicos son sus viñedos y todo ello plantado, dado el relieve de la isla, en estrechas terrazas (fajas) de tierra cultivada.

Tras descansar en el hotel, un primer contacto con el centro de Funchal: su puerto. Allí, según nos habían recomendado, fuímos a cenar a uno de los restaurantes que se llama "Mar Azul". Pudimos degustar mariscos, ensaladas, pescados grelhados (a la plancha).Incluso podías escoger el pescado o el marisco vivos que te apetecieran de un acuario que tenían expuesto en el comedor: al poco rato lo tenías en el plato. Todo ello aderezado por los comentarios de un experto camarero que te proponía distintos menús y, si colaba, hasta te vendía el bigote.

El grupo, los trece de tres generaciones, habíamos contratado, para el día siguiente, una excursión con chofer-guía. Gaspar, ese era el nombre de nuestro "cicerone", nos dejó encantados con su labor. Tanto por su faceta de conductor, como por su interés para explicar en un español impecable -aprendido con los turistas- todos los pormenores de las distintas rutas que hicimos.



La primera jornada la dedicamos a recorrer la parte centro y este de la isla.Pronto veríamos que era todo un reto para los automóviles (se recomienda coger coches con potencia de 2000cc o superior porque las pendientes no son precisamente despreciables).
Comenzamos, saliendo de Funchal, por visitar la localidad de Camacha. Aquí perdura la tradicional artesanía del mimbre, desarrollada como industria doméstica, en la que tanto artesanos como campesinos trabajan en pequeñas cooperativas.



Los bordados de Madeira llegaron a tener mucho prestigio en Europa y América por su exquisita factura y detalles, se hacen totalmente a mano.
Puestos en el tema de los productos típicos de la isla no podemos olvidar el famoso vino.Traídas las cepas por los colonos, comercializadas por los jesuítas y dadas a conocer al mundo, con un incremento considerable de la demanda, por los ingleses que, a partir del siglo XVIII, hacían escala en su ruta hacia las Indias.

Seguimos ruta para "coronar" en el Pico do Areeiro, el segundo más elevado con 1818m de altitud.En su parte más alta hay bar y restaurante para tomarse algo calentito porque la subida desde el nivel del mar hasta la cima nos trae consigo un cambio importante de temperatura, aunque tengamos un día despejado.Aquí podemos contemplar un paisaje espectacular con unos barrancos que quitan el hipo y desde donde parte un sendero que va recorriendo las crestas de las montañas hasta llegar a la más alta, el Pico Ruivo, con 1862m sobre el nivel del mar.
Hay muchas rutas de senderismo por toda la isla, lo que aquí se llaman levadas, para aquellos a los que les guste la marcha. Son canales para transportar el agua de las zonas oeste y noroeste hacia las más secas del sur (hay unos 2.200km de estos senderos formando toda una red de caminos por la isla).




Volvimos a la carretera principal y seguimos hacia Ribeiro Frío donde hicimos un alto para disfrutar del bosque de laurisilva y unas cristalinas aguas frescas. Hay un criadero de truchas de los más importantes de la isla, como curiosidad, y una pequeña capilla.



Continuamos la tortuosa carretera descendente hacia Faial. Por el camino, nos señala Gaspar, unas diminutas casitas que se observan sobre laderas muy empinadas. Nos cuenta que son para guardar la vaca, la economía familiar no daba para más, básica para obtener la leche y sus derivados en una vida de subsistencia precaria. La pobre vaca llega a la caseta de jovencita y se pasa toda la vida ahí metida. Ahora la economía de la isla, volcada en el turismo, va dejando esta vida, poco a poco, "aparcada".
Pasamos por Faial y, al poco de salir del pueblo, hicimos una breve parada para hacer una "fotostop", las vistas que dejábamos atrás momentáneamente, con su característica Peña del Águila, lo merecían.



Santana tiene la peculiaridad de tener un tipo de construcción del que quedan pocos ejemplos. Gaspar las compara a las clásicas barracas valencianas, al llegar no podemos estar más de acuerdo, aunque el entorno es muy distinto. Vemos algunas de camino en estado, aparentemente, penoso (los propietarios reciben una pequeña subvención para que las mantengan en pie como patrimonio de la isla). En el centro del pueblo han conservado algunas tal y como eran en sus gloriosos años. Aunque están preparadas para los turistas, uno se hace una ligera idea del día a día de sus inquilinos.



Después de una mañana muy bien aprovechada ya entonaban nuestros estómagos cánticos que era imposible ignorar. Era la hora de la comida.Volvimos hacia Faial donde nos esperaban parada y fonda. Afortunadamente, nuestro querido Gaspar, había informado sobre la celiaquía de Javier a primera hora de la mañana para que se le facilitara la posibilidad de cambiar los platos que nos correspondían por la excursión. Los menús que tenían preparados eran, básicamente, caldo verde o crema de verduras de primero y carne o pescado de segundo.Este día comió pescado grelhado(a la plancha), patatas cocidas y judias verdes. Era el único, por la dieta que debe llevar todo celíaco, que podía solicitar un menú distinto.

Una vez repuestos y reposados pudimos dar un ligero paseo alrededor del restaurante para contemplar, de nuevo, los barrancos y, hacia la costa, la ya mencionada y llamativa Peña del Águila...hasta que el guía nos indicó que había que continuar ruta.



Seguíamos ahora camino del sureste de Madeira para ello íbamos a coger la autopista que, pasando un túnel tras otro, abreviaría considerablemente nuestro camino hacia Machico y de ahí a la punta sureste de la isla.Antes la carretera discurre por todo un valle en el que junto al camino podemos encontrarnos papayas, laureles o chirimoyas.
Gaspar, evidente conocedor de la isla, nos llevó a un mirador sobre Machico desde el que había unas hermosas vistas del valle de esa ciudad, de la punta este de la isla y... de la pista de aterrizaje del aeropuerto (primera foto).

Coincidiendo con el atardecer llegamos a nuestra última parada del día: Punta de San Lorenzo. Toda una panorámica espectacular nos esperaba. Mirando en cualquier dirección el paisaje te cautivaba. Teníamos toda una perspectiva de la costa este, de parte de la costa sur y de las ilhas Desertas, incluso, si oteabas el horizonte hacia el noreste, se adivinaba Porto Santo. Era el mejor punto final para la que se nos antojaba larga y completa jornada.





Después de un día tan movidito decidimos reposar en el hotel y cenar en su restaurante. Las opciones que nos daba la carta para un menú sin gluten eran bastante reducidas, así que recurrimos al típico bistec con patatas y ensalada. Al servicio de cocina le pillamos a última hora, así que los platos que solicitamos, muchos de ellos del menú del día, llegaron a cuentagotas. Teniendo en cuenta sus precios, optamos por no repetir al día siguiente.

martes, 24 de junio de 2008

Convenio Costa Cruceros-Asociación italiana de celíacos

Según noticia aparecida en estas fechas tenemos un motivo más de alegría para todos los celíacos y, si se animan a un viaje en Costa Cruceros, "miel sobre hojuelas".
Nuestra experiencia en cruceros se limita al que disfrutamos en la zona del Mediterráneo oriental(Roma-Civitavecchia, Etna, Patmos-Mykonos, Izmir-Éfeso, Santorini) en el que nos vimos ilusionados, y disfrutamos por ello, con una especial atención al celíaco en general, y a nuestro hijo Javier en particular. Poner a nuestra disposición a un maitre, que controlara las comidas y así asegurarnos que no llevaban gluten, fue todo un motivo de satisfacción para todos nosotros. Satisfacción que se le trasladó en reiteradas ocasiones por su especial interés.

Dando un paso más la Asociación italiana ha prestado su ayuda en la elaboración de los menús para celíacos:

Costa Cruceros ofrece un menú especial sin gluten para los pasajeros celíacos.

- La compañía ha firmado un acuerdo con la Asociación Italiana de Celíacos (AIC)

- Costa Cruceros continúa llevando a cabo acciones de responsabilidad social corporativa, un área en la que son pioneros dentro del sector turístico.

Costa Cruceros, la compañía italiana líder de cruceros en Italia y Europa, ha cerrado un contrato con la Asociación Italiana de Celíacos (AIC) para que los huéspedes que padezcan de esta intolerancia alimentaria puedan disponer de un menú especial sin gluten a bordo de algunos de los buques de la flota. Los celíacos deben seguir una dieta muy rigurosa y con esta iniciativa de Costa no hace falta que cambien sus hábitos ni estando de vacaciones.

Esta propuesta ya se está llevando a cabo en el Costa Concordia y el Costa Serena, los dos buques insignias de la flota que estarán operando durante todo el verano de 2008 en cruceros de 7 días en el este y el oeste del Mediterráneo, respectivamente. En breve, esta iniciativa se hará extensiva a otras naves de la flota que viajan por el Mediterráneo y el Norte de Europa, llegando a un total de 11 buques a lo largo de este año.

Para poder disfrutar de las ventajas de este servicio, un huésped celíaco puede solicitar una alimentación sin gluten en el momento que hace la reserva de su crucero. Desde el inicio de su viaje hasta el final de su estancia a bordo, puede gozar de una rica dieta gastronómica elaborada por Costa Cruceros gracias a su colaboración con la AIC. Fruto de esta cooperación, se ha llevado a cabo una escrupulosa selección de productos, se ha elaborado la dieta para celíacos, además se ha formado al personal encargado de distribuir y preparar la comida para que puedan ofrecer un mejor servicio a aquellos pasajeros celíacos que viajen en un crucero Costa.

El nuevo servicio establecido por Costa Cruceros cubre prácticamente todas las opciones culinarias previstas a lo largo de todo el crucero. Desde la salida, los pasajeros celíacos recibirán una bandeja de bienvenida en su propia cabina. Un menú especial sin gluten estará a su disposición durante el desayuno, la comida y la cena en todos los restaurantes de las naves Costa. Durante el desayuno y la cena, el huésped celíaco deberá informar al Maitre o al Asistente del Maitre, para que éstos puedan proporcionarles un servicio personalizado. Durante la cena, los invitados ya tienen asignada la mesa y el Asistente del Maitre podrá servirles sin previo aviso todo aquello que deseen.

Además de este servicio dirigido a los pasajeros celíacos, los buques de Costa ofrecen a sus invitados menús especiales, de dieta, y también comidas sin azúcar para aquellos invitados diabéticos y platos especiales para aquellos huéspedes que sean creyentes de una religión determinada. Estos servicios y muchos más están a la disposición de todo pasajero y deberán solicitarse en el momento que se hace la reserva del crucero.


Otras iniciativas de responsabilidad social corporativa.

Con esta nueva iniciativa, Costa Cruceros confirma una vez más su compromiso con la responsabilidad social corporativa, que se suma a los proyectos que ya tiene la compañía para preservar el medio ambiente. Estas dos propuestas se pueden consultar on-line en el Informe de Sostenibilidad de Costa Cruceros ( http://www.costacruceros.es y la Responsabilidad Social), un documento voluntario que ofrece información completa y transparente sobre aquellos efectos que tiene la actividad de la empresa en el medio ambiente y en la sociedad.

Costa Cruceros posee el certificado B.E.S.T. 4 (Business Excellence Sustainable Task) otorgado por el RINA, un sistema integrado de certificación voluntaria de cumplimiento corporativo de los más elevados estándares internacionales relativos a la contabilidad social (SA 8000, emitido en 2001), el medio ambiente (UNI EN ISO 14001, emitido en 2004), la seguridad (OHSAS 18001, emitido en 1999) y la calidad (UNI EN ISO 9001, emitido en 2000). Costa Cruceros es también la primera empresa del mundo a la que el RINA ha otorgado la distinción “Estrella Verde” para toda su flota. Esto significa que el RINA ha certificado que todos los buques de Costa operan con responsabilidad hacia el medio ambiente y ayudan a proteger el aire y el mar de las zonas por las que navegan. La distinción “Estrella Verde” se basa en los más elevados estándares de protección ambiental para la prevención de la contaminación del entorno marino y es más estricta que las disposiciones vigentes de la convención MARPOL.

Desde julio de 2005, Costa Cruceros apoya al W.W.F. (World Wildlife Fund) en la protección de tres de las ecorregiones marinas más preciadas y en peligro del mundo: las zonas del mar Mediterráneo, las Antillas Mayores y el nordeste de Brasil. Costa Cruceros ha recibido también del tour operador suizo Kuoni, el Green Planet Award, el reconocimiento más importante en materia de gestión medioambiental del sector turístico y de viajes, por su ejemplar método de gestión de las naves para la preservación del medio ambiente.

Costa Cruceros también ha firmado un acuerdo con el CIAL – Consorcio Nacional para la Recuperación y Reciclaje del Aluminio – para el reciclaje del aluminio a bordo de sus naves. En 2005, Costa Cruceros y el Joint Research Centre de la Comisión Europea colaboraron en un proyecto para frenar el cambio climático en el Mediterráneo y el Venice Blue Flag, un acuerdo voluntario para preservar el medio ambiente y el patrimonio en Venecia.

Costa Cruceros participó en el “Día Internacional de la Tierra”, el 22 de Abril de 2008, con el proyecto SEED (Steiner Evergreen Earth Drive) de Steiner Leisure, grupo que trabaja conjuntamente con Costa en la gestión de los spas que se encuentran a bordo de las distintas naves. Por cada huésped que disfrutó de un tratamiento durante este día en cualquier de los spas de los 12 buques de Costa, Steiner Leisure plantó un árbol (donando 1 $) para colaborar con “Arbor Day Foundation”, la organización más grande en materia de plantación de árboles a nivel mundial.

Noticia que recogemos del foro de celíacos forosin.



jueves, 19 de junio de 2008

Las Ons

Casi es inevitable hablar de la isla de Ons cuando nos referimos al Parque Nacional de las Islas Atlánticas. Al conjunto de islas e islotes que forman una barrera norte-sur protegiendo la ría de Pontevedra se le denomina Las Ons.

La isla principal presenta asentamientos desde la Edad de Bronce,la presencia de dos castros, en la descripción de la península Ibérica fue citada por Plinio con el nombre de Aunios,y tuvo épocas en las que quedó desierta consecuencia de los piratas o, posteriormente un floreciente comercio por su dedicación a la salazón o al pulpo(este último de una calidad excepcional, podemos dar fe).

Es una pequeña comunidad en la que los lugareños están en una situación de limbo legal. La pertenencia a distintos dueños a lo largo de la historia, ya privados o públicos, ha hecho que en los últimos años la Xunta de Galicia (a la que fue transferida) trate de desentrañar el galimatías de papeleos legales para arreglar su estatus jurídico. Sus colonizadores, originarios de la península del Morrazo(entre las rías de Pontevedra y Vigo), no dejan de reivindicar la propiedad de sus casas y sus tierras trabajadas tanto tiempo.Su dedicación al mar ha pasado a ser también al turista y cada vez más frecuente visitante.

En el entorno de las islas atlánticas es un paraje quizás menos espectacular que las islas Cíes, pero tan encantador como las anteriores.Igual que estas tiene un marcado contraste entre el lado occidental, muy accidentado, y el oriental donde tenemos las playas y la zona que eligieron los pobladores para asentarse. Aunque no tiene ríos permanentes si hay fuentes y manantiales entorno a los cuales se fueron formando las aldeas.



La variedad de su ecosistema marítimo-terrestre hace que sea un lugar privilegiado para el avistamiento de aves marinas, delfines, algún cachalote o tortugas (todo ello por la riqueza en nutrientes y oxígeno gracias al afloramiento de corrientes frías frente a las Rias Bajas). En tierra no hay depredadores que impidan la proliferación de conejos, se observan musarañas y nutrias (estas en número escaso). En cuanto a vegetación poco hay que añadir al imperio del matorral salvo algunos pinos, eucaliptos, sauces o alisos.

Como en el caso de las ría islas Cíes, aquí tenemos líneas marítimas(solo funcionan de junio a septiembre)para ir desde Marín, Bueu, Aldán (todas de la península del Morrazo) y Sanxenxo-Portonovo .

La caseta de turismo que hay junto al muelle nos proporciona mapas y rutas con grado de dificultad o longitud según las apetencias del visitante, incluso visitas guiadas.



Junto al puerto hay dos o tres restaurantes (propiedad de isleños) nosotros probamos en "Casa Acuña" (contacto:986 687699 y 986 320048) con una variada carta de mariscos,caldereta de pulpo, pimientos de padrón, pescado.Entre estos platos sin gluten podemos destacar, la caldereta, todo un lujo para el paladar.Es un pulpo capturado en las mismas rocas de la isla, como es el caso del resto de los platos, de una calidad fuera de serie. También, en este mismo local, nos dan la posibilidad de alquilar casa rural por días, semanas o mes.
La otra opción es el bocadillo o el picnic que nos llevemos de casa porque, una vez iniciadas las rutas, ya se sabe que no hay puestos de avituallamiento.

Nosotros nos decidimos por un primer contacto con la parte sur de la isla y seguimos la ruta que nos llevaba en esa dirección, como no íbamos bien equipados para hacer senderismo, sino que pensábamos, en principio, en un descanso playero, atajamos en el sendero del sur. Nos hicimos una idea cortando junto al camping (que es gratuito, pero hay que reservar con bastante antelación en la página de la isla de Ons) y pasamos a la vertiente occidental volviendo, por el final del camino, hacia el muelle.
Otra de las rutas nos lleva hasta el faro que curiosamente está revestido de azulejos y, con casi siglo y medio a sus "espaldas", es uno de los de mayor alcance de España.
En el lado oriental tenemos varias playas como la de Melide, nudista, y otras de menor tamaño, junto a la zona del puerto, la más típica es la llamada Area dos Cans.



Tenemos opciones, por tanto, para caminar, tomar el sol, gastronomía, historia o disfrutar de un refresco en un chiringuito contemplando la fusión del verde y el azul que nos brindan la costa, el cielo y el mar o las pinceladas y matices que da un día nuboso.


miércoles, 11 de junio de 2008

Excursión a las Islas Cíes

Según un artículo publicado en The Guardian la mejor playa del mundo no está en el Caribe, en las Maldivas o en Australia, por poner algunos ejemplos de típicos arenales internacionalmente conocidos, sino en las Islas Cíes. Hablamos de la playa de Rodas a caballo entre las islas de Monteagudo y del Faro que forman parte del llamado Parque Natural de las Islas Atlánticas, situadas a la entrada de la Ría de Vigo.
Como toda clasificación es injusta, pero sirva esto de prólogo para acercarnos a un pequeño paraíso que incluye excursiones, camping,playa y paisajes naturales todo ello en el mismo "paquete". Además, están a un paso de la ciudad de Vigo, la mayor de Galicia y conocido puerto internacional.Cercanas a Baiona, donde se recibió por primera vez la noticia del descubrimiento de lo que sería un nuevo continente, ya que aquí arribó La Pinta, como sabemos, la tercera de las naves que fueron con Colón en busca de otro camino hacia las Indias (y de la que hay una réplica cerca del Parador de turismo(antigua fortaleza Monterreal).



Llegamos a un pequeño puerto junto al que tenemos el inevitable restaurante o chiringuito y ya, junto a la sombra de los pinos, una caseta de turismo que te suministra planos y principales sendas para recorrer las dos islas.
Nosotros decidimos ir hacia la playa de Rodas, pasar siguiendo el paseo por detrás y, llegando al camping continuar por la pinada hacia el sur.



La opción más económica es llevarte la tartera o el bocadillo y emprender la exploración de las islas con el mapa en mano y bebidas, a ser posible fresquitas, en la mochila junto con la crema de protección solar.
Detrás de la zona del camping hay un camino que se dirige hacia el faro.También hay un restaurante, pero no nos pareció de muchas garantías y estaba abarrotado. Fuimos por el sendero llano en lugar de la impresionante subida que nos anunciaba el camino anterior.Teniendo en cuenta el calor tremendo de la jornada y a los niños protestando por lo mismo era la posibilidad más lógica. Más adelante, en la pinada, hay otro chiringuito mucho más tranquilo el menú que ofrecían (pescado, pulpo,pechugas de pollo...), nos había atraído en otra ocasión y a esto le añadimos, entonces, el disfrute de la sombra de los pinos. Es interesante saber que al abrigo de estos árboles hay habilitadas mesas y bancos de piedra para el que quiera descansar o comer a lo largo del sendero.
Continuando la marcha se llega a una pequeña playa más recogida y que pensamos que a la vuelta nos serviría de descanso (comentar que parte de ella era zona nudista). No olvidar que una cosa es el paisaje y otra el darse un baño, para un natural de estas costas es estimulante,pero para cualquier otro es un agua procedente de un inmediato deshielo, incluso da la sensación de que no deben estar muy lejos los icebergs.



Nuestro paseo nos llevó hasta el antiguo faro junto al que había anidamientos de gaviotas y, desde luego, una ausencia total de humanidad, excepto nosotros, claro.Era evidente que este tramo del camino no parecía atraer a muchos excursionistas (aquí acaba el sendero y hay que volver sobre nuestros pasos).



A la vuelta, ya por la tarde, pudimos contemplar detrás de la playa de Rodas el contraste entre la costa que da a mar abierto, muy escarpado, y las vistas que tiene el lado que da a la ría de un relieve más suave.





jueves, 5 de junio de 2008

Ribeira Sacra (y III)

Nos apartamos un poco del cañón del Sil para, pasando cerca de Forcas y su puente medieval, acercarnos a Castro Caldelas. Vamos paralelos a lo que se llamaba la "Via Nova" romana que iba de Braga hacia Astorga. Posiblemente asentada sobre restos de castros celtas se erigió la Fortaleza de Castro Caldelas que con el transcurso de los siglos y diversas reformas pasó a ser residencia palaciega. Como tantos otros pueblos, la villa se fue organizando entorno al castillo.
Sobrevivió a duras penas a distintas disputas de casas nobles, revueltas e incendios y acaba, a finales del siglo XVIII, en manos de la Casa de Alba.



Debido a la restauración que se ha ido acometiendo a lo largo de los años tenemos el castillo en buen estado, la peor parte se la lleva la torre del homenaje que está bastante deteriorada. Sin embargo, esto no impide que podamos disfrutar de un recorrido por todo el recinto sin ningún problema.



Algo que llama la atención de esta zona es que está a caballo entre la Ribeira Sacra y las ya cercanas montañas del Macizo de Manzaneda donde tenemos la estación de esquí de Cabeza de Manzaneda (única en Galicia). Todo ello invita a buscar nuevas rutas de senderismo, hacer parapente (los que se atrevan) , barranquismo o bicicleta de montaña.

Centrándonos, de nuevo, en nuestra ruta por la Ribeira Sacra podemos, volviendo hacia Ourense, visitar el Monasterio de Santa María de Montederramo.
Su origen se remonta al s.XII cuando la reina Teresa de Portugal hace una donación al abad Arnaldo para que construya un nuevo monasterio en las tierras de la "Ryvoira Sacrata"(la actual Ribera Sacra) siendo esta la primera vez que se hace mención de esta zona con ese nombre.


El monasterio va adquiriendo poco a poco mayor importancia por la donación de tierras que hacen fieles, nobles y monarcas. Parece que la intención era repoblar la zona al aumentar las tierras de cultivo gracias al trabajo de los monjes, pero también al interés por agradecer los servicios prestados tanto a vivos como difuntos.
Del monasterio original queda poco por la remodelación realizada en el siglo XVI y principios del XVII. Los dos claustros que hay en la actualidad fueron construídos de forma complementaria al templo medieval que había. El llamado claustro Procesional sustituye al original (hoy está zona se rehabilitó -a mediados de la década de 1980- para aprovecharlo como colegio de enseñanza primaria).


El otro claustro llamado de Hospedería estaba destinado a acoger a quien solicitara hospitalidad en Montederramo y es de menor tamaño. También llamado "de los Medallones" por presentar esta característica sobre las columnas que sostienen sus arcos.




En cuanto a la iglesia tuvieron que acometerse, también, mejoras a principios del s. XVI, pero se entró a fondo en la reforma a finales del mismo siglo.
En definitiva, tras las múltiples intervenciones que se hicieron pasó a ser uno de los monumentos renacentistas más importantes de Galicia. Con posterioridad se añadieron elementos barrocos y, ya en el s. XVIII se amplía el convento.
Tras la desamortización pasó a manos de varios propietarios y sufrió abandono y saqueos hasta que la Xunta de Galicia decide rehabilitarlo (todavía está en esta fase parte del conjunto) y hacer el colegio.

Queda mucho por ver en esta zona, pero esperamos que esto sirva para dar una idea de la riqueza cultural, a todos los niveles, que hoy en día tiene la Ribeira Sacra y permitimos situarla en el mapa.